domingo, 19 de junio de 2016

La selección natural y las razas humanas

Muchos se oponen a la teoría de Darwin porque la consideran relacionada con el nazismo. Esta opinión muestra un claro desconocimiento de las bases de esta teoría.

Darwin nunca habló de superioridad o inferioridad de una raza por sobre otra, ni siquiera de un rasgo por sobre otro. La teoría de Darwin se basa netamente en la relación entre las características de los seres vivos y el ambiente en el que viven:

"En los Estados Unidos las frutas de piel lisa son mucho más atacadas por un coleóptero, un Curculio, que las que tienen vello, y que las ciruelas moradas padecen mucho más cierta enfermedad que las ciruelas amarillas, mientras que otra enfermedad ataca a los melocotones de carne amarilla mucho más que a los que tienen la carne de otro color." (Darwin, El origen de las especies)

En este ejemplo, como en muchos otros brindados en este libro, se establece una clara relación entre una determinada característica que posee cierto ser vivo y el entorno que lo rodea. En este caso la asociación radica en permitirles defenderse de un peligro. Otras características se relacionan con la facilidad de acceso al alimento, la facilidad para conservar el calor en lugares fríos o expulsarlo en lugares cálidos, la retención de agua en lugares secos, etc.

Una misma característica puede ser beneficiosa o perjudicial dependiendo del entorno. Por eso, si el entorno cambia, también cambia el valor adaptativo de las características. Esto significa que habrá una presión de selección que favorecerá la conservación de características que antes eran raras, en desmedro de otras que antes eran más comunes:

"Comprenderemos mejor la marcha probable de la selección natural tomando el caso de un país que experimente algún ligero cambio físico, por ejemplo, de clima. Los números proporcionales de sus habitantes experimentarán casi inmediatamente un cambio, y algunas especies llegarán probablemente a extinguirse." (Darwin, El origen de las especies)

Así que el concepto de valor adaptativo de una característica tiene una relación estrecha con el tiempo y el espacio, es decir: el lugar geográfico en donde el ser vivo se encuentra, y el momento en el que vive. Las distintas ubicaciones dentro del planeta tienen climas diferentes, con niveles diferentes de humedad, temperatura, radiación solar, viento, corrientes fluviales o marinas, y esto a su vez conlleva a la presencia de diferente biodiversidad, trayendo diferentes competidores, depredadores, fuentes de alimento, plagas, etc. Y estsa características no son permanentes, también van evolucionando: la deriva continental, la formación de montañas, los deshielos, son factores que pueden provocar cambios climáticos drásticos, acarreando cambios en la presión de selección y por ende llevando por diferentes recorridos al proceso de selección natural.

Como lo es para todos los seres vivos, las características humanas tienen un valor adaptativo en relación con la región geográfica de donde estas personas son originarias. Cabe aclarar que la selección natural demora muchísimas generaciones en producir un efecto, por lo cual no tiene sentido relacionar a los inmigrantes con la biogeografía que los rodea actualmente. Por el contrario, podemos comprender sus características analizando el entorno geográfico de sus antepasados.

Se han esbozado diferentes teorías acerca del valor adaptativo de los diferentes rasgos que poseen las diferentes razas humanas. Respecto del color de piel, una de las teorías más aceptadas es que la piel oscura proporciona una protección contra la radiación ultravioleta intensa, como la que ocurre en las zonas tropicales. Es por eso que las personas originarias de África, del Caribe, de Brasil, etc, tienen piel más oscura, porque la piel oscura absorbe menos radiación, permitiendo prevenir trastornos de piel tales como quemaduras e incluso cáncer. A la inversa, las pieles claras son beneficiosas en zonas de radiación muy pobre, tales como Escandinavia. Necesitamos de la radiación solar para poder producir vitamina D de manera endógena. Esta vitamina es muy escasa en los alimentos, por lo cual no producirla de manera endógena resultaría en una deficiencia nutricional. Se considera que la piel oscura es una desventaja para las personas que viven en lugares fríos, porque está preparada para absorber un mínimo porcentaje de la radiación que reciben, y este nivel de radiación resultaría insuficiente en las latitudes elevadas (es decir, más cerca de los polos) en relación con la producción de vitamina D. Respecto de la forma de los ojos, se ha relacionado a la estructura de ojos "achinados" con la forma en que la luz se refleja en el hielo. Esta forma de los ojos protejería al ojo de una iluminación excesiva causada por el reflejo de los rayos solares sobre el hielo. Tal vez esto parezca de poca importancia en los tiempos recientes, pero debe recordarse que ya existían los humanos en la última glaciación, así que el hielo de la glaciación podría haber intervenido en este fenómeno. Cabe destacar que los esquimales también poseen esta característica.

En resumen, ser negro o blanco no nos hace mejores o peores, simplemente, en casos extremos, puede influenciar nuestro estado de salud. Hoy en día la tecnología nos provee de otras soluciones que antes no existían, como usar protector solar o ingerir suplementos dietarios, pero en tiempos más antiguos la interacción con el ambiente podía tener un efecto más drástico en nuestra calidad de vida.

Bibliografía:
"El Origen de las Especies", Darwin
https://cienciaparagentedeletras.wordpress.com/2010/10/01/el-origen-de-las-razas-humanas/
https://es.wikipedia.org/wiki/Raza_(clasificaci%C3%B3n_de_los_seres_humanos)

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