viernes, 18 de marzo de 2016

La tragedia de Epecuén

Villa Epecuén se fundó en 1921 a orillas del lago Epecuén, en el interior de la Provincia de Buenos Aires. Este lago era muy apreciado por su hipersalinidad, que era 10 veces mayor a la salinidad del mar: poseía 340 g/l de sales (el mar tiene 32 g/l). Esta característica le proporciona propiedades terapéuticas para las enfermedades reumáticas, de la piel, anemias, diabetes y otras patologías. Hay muy pocos lugares en el mundo que poseen esta característica. Uno de ellos es el Mar Muerto, ubicado en la frontera entre Israel, Jordania y Cisjordania, por lo cual Villa Epecuén era un destino turístico predilecto entre los turistas judíos. Otra rareza de este lago, también consecuencia de su salinidad, es su densidad. El cuerpo humano flota sin esfuerzo, sin hacer ningún movimiento, sobre este agua. Es más: es prácticamente imposible hacer pie, ya que los pies naturalmente tienden a elevarse hacia la superficie, aún cuando uno hace fuerza para abajo.

El lago Epecuén fue primeramente descubierto por mapuches y tehuelches, quienes conocían sus ciclos de inundación y sequía y, en virtud de sus costumbres nómades, sabían adaptarse a ellos. La situación cambió luego de la Campaña del Desierto. Después de su conquista, un químico analizó sus aguas y descubrió sus particularidades, por lo cual recomendó su explotación comercial. En 1903 se inauguraron las paradas de ferrocarril de Carhué y Epecuén, pero en principio sólo recibió población estable la zona de Carhué. Desde entonces las clases altas comenzaron a alojarse en los hoteles Carhué para recorrer diariamente en carreta la distancia de Carhué a Epecuén e internarse en el lago para sus tratamientos, lo cual era su única opción terapéutica antes de la invención de los antibióticos. Recién en 1920 empezaron a tomar provecho de la situación turística algunos comerciantes y ubicaron sus puestos al lado de la costa, y así empezó a organizarse gradualmente lo que luego sería la Villa Epecuén. En la década del 70, Villa Epecuén contaba con un importante complejo turístico que incluía piletas, duchas y vestuarios y recibía 25.000 turistas al año. De eso vivían sus 1500 habitantes, dedicados a la hotelería, la gastronomía y otros servicios solicitados fundamentalmente por los turistas.

Los habitantes de Villa Epecuén empezaron a preocuparse cuando comenzó uno de los ciclos de sequía. El nivel del agua había disminuído tanto que se podía cruzar de lado a lado caminando, y además no había agua hasta muchas cuadras de distancia respecto de Villa Epecuén. Los residentes temían que el lago se secara y comenzaron a reclamar a las autoridades locales que se hiciera algo al respecto. Si el lago se secaba, se perdería la atracción turística y por ende la fuente de trabajo de todos los pobladores. El gobierno local se tomó su tiempo para responder, y cuando respondió ya estaba por terminar el ciclo de sequía.

A fines de la década del '70 se realizaron obras para traer más caudal hacia el lago Epecuén. Se unificaron dos cuencas: la cuenca de Las Encadenadas, que finaliza su recorrido en el lago Epecuén, y la cuenca del Vallimanca. Para regular el caudal se implementó un sistema de compuertas denominado "Derivador Piñeyro". La Seccional Bahia Blanca de la Dirección de Hidráulica reunía los datos de lluvias y la Dirección de Geodesia reunía datos del caudal de los afluentes, y en base a ese conjunto de datos se determinaba si era más conveniente derivar caudal a una u otra cuenca. El caudal que ingresaba a la cuenca Las Encadenadas tenía como única salida la evaporación, ya que el lago Epecuén no tenía salida al mar. Luego de 1976, al asumir el gobierno militar, se descuidó este sistema. Pronto se jubiló el empleado encargado de gestionar el uso de las compuertas, y no fue reemplazado. Para entonces, las compuertas estaban direccionando agua hacia la cuenca del lago Epecuén. Y así quedó, de manera indefinida.

Modificar la naturaleza es una tarea ardua y peligrosa que debe realizarse con mucho cuidado. Es por eso que una obra desatendida es peor que una obra no iniciada. En la década del '80 el lago Epecuén estaba recibiendo conjuntamente el aporte del ciclo natural de inundación y el aporte de la cuenca del Vallimanca. Se había acelerado el proceso de "llenado" del lago, pero no se hizo nada para modificar su proceso de "vaciado". El nivel del agua comenzó a subir año tras año, solucionando el problema de la sequía pero aparejando momentos de anegamiento.

El jueves 7 de noviembre de 1985, el intendente Raúl González, a cargo de la localidad de Adolfo Alsina (que incluía a Villa Epecuén) visitó la orilla del lago y prometió reforzar a la brevedad el terraplén que protegía el pueblo. Sus palabras fueron "Si mañana amanece lindo, recomponemos todo". Al parecer, no estuvo lo suficientemente lindo, porque no recompusieron nada. De todas formas, reforzar o agrandar el terraplén habría sido sólo una solución teporaria: el agua tenía que salir por algún lado, y de no construirse canales aliviadores, la salida iba a ser inundar el pueblo, ya sea por una fisura o desbordando la superficie.

Cuenta un testigo llamado Rubén Besagonill que tuvo la oportunidad de ver el sistema de lagunas desde el aire el sábado 9 de noviembre de 1985, gracias a su cuñado, que trabajaba como fumigador de campos. Desde el aire, no lograban divisarse los límites entre una laguna y otra, todo se veía como una enorme cascada, por lo cual era evidente que faltaba poco tiempo para el desdborde.
Rubén Besagonill

La noche del 10 de noviembre de 1985, los vecinos de Villa Epecuén no podían dormir. El clima estaba particularmente lluvioso y todos temían que el terraplén no soportara la fuerza del agua. Muchos se quedaron despiertos observando la orilla a la espera de la primera fisura. Otros, sabiendo lo que se venía, se autoevacuaron antes de tiempo. A la madrugada alguien pudo ver una fractura por donde había empezado a entrar el agua. Desde entonces el agua comenzó a subir un centímetro por hora, 24 centímetros por día, más de un metro y medio por semana. Y no era, como en otros lugares, agua que volvería a bajar a los pocos días. El agua se estabilizaría muchas cuadras adentro del pueblo. Los habitantes serían evacuados sin posibilidades de regresar. Los que pudieron, se alojaron en casas de familiares. Los que no, durmieron en lugares públicos como escuelas y comedores comunitarios ubicados en Carhué. Básicamente, tuvieron que rehacer su vida en Carhué. La mayoría le hizo juicio a la municipalidad, gracias a lo cual obtuvieron indemnizaciones por el 50% del valor de la propiedad, aunque en medio de la hiperinflación vigente las cifras resultaron de escasa utilidad. Algunos tuvieron la oportunidad de esperar un poco más y se aventuraron a reclamar el 100% del valor de la propiedad, el cual recibieron recién 15 años después.

El agua siguió subiendo hasta alcanzar su récord en 1993. Ya habían empezado a producirse algunos anegamientos también en Carhué, y los vecinos carhuenses, temiendo la misma suerte que los epecuenses, se movilizaron activamente por medio de intensas y prolongadas huelgas y piquetes. Para entonces ya no era posible retomar la gestión de las compuertas debido a la falta de mantenimiento: estaban gravemente dañadas por el óxido y algunas no giraban. Finalmente el gobierno local respondió con la implementación de sistemas de canalización y bombeo, que permitieron que el agua comenzara a retroceder. Así se salvó Carhué, pero ya era imposible recuperar Epecuén, que quedó condenado a pueblo fantasma. Actualmente hay algunos servicios termales en Carhué, pero no de la dimensión y tamaño que los que había en Villa Epecuén. Asimismo se puede visitar el lago y se encuentra habilitado para bañarse y nadar, pero la afluencia turística quedó bastante reducida.

Hoy en día las aguas han bajado bastante y dejado al descubierto las ruinas del pueblo, tristemente afectadas no sólo por el agua sino por la reactividad de la salitre. El paisaje se ve como una zona de bombardeo.

FOTOS:

Complejo turístico en Epecuén

Complejo turístico en Epecuén

Vista aérea de Epecuén antes de la inundación
Vista aérea de Epecuén inundado.


La inundación.
La inundación.
La inundación.

Sistema de lagunas encadenadas

El Mar Muerto, uno de los pocos lugares en el mundo con una salinidad similar a la del lago Epecuén

Vista actual de los restos de Epecuén (2016)
Antes y después

No va a pasar nada, si mañana amanece igual de lindo recomponemos todo - See more at: http://www.revistaanfibia.com/cronica/epecuen-jamas-se-inundaria/#sthash.UQHtv7IK.dpuf
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Bibliografía:
https://es.wikipedia.org/wiki/Laguna_Epecu%C3%A9n
https://es.wikipedia.org/wiki/Villa_Epecu%C3%A9n
https://es.wikipedia.org/wiki/Mar_Muerto 
http://www.lanacion.com.ar/1271457-epecuen-el-pueblo-que-emergio-de-las-aguas
http://www.diariopublicable.com/sociedad/911-villa-epecuen.html
http://archivo.losandes.com.ar/notas/2011/5/20/epecuen-villa-turistica-desaparecio-desafiar-naturaleza-569466.asp
http://www.revistaanfibia.com/cronica/epecuen-jamas-se-inundaria/
http://www.taringa.net/posts/info/1482215/Historia-de-la-inundacion-de-Epecuen.html
https://books.google.com.ar/books?id=V_MhBQAAQBAJ&pg=PT19&lpg=PT19&dq=epecuen+sequ%C3%ADa&source=bl&ots=cAFMGVkhwt&sig=vU9K-CdxmGtjKs6m0VApwAESlVA&hl=fr&sa=X&ved=0ahUKEwjumP-U4crLAhVLkpAKHV8PCJoQ6AEIXTAL#v=onepage&q=epecuen%20sequ%C3%ADa&f=false
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2013/04/epecuen-la-plata-y-ba-el-capitalismo-es.html
 http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2013/04/la-naturaleza-es-la-menos-culpable.html
http://villalagoepecuen.blogspot.com.ar/
 http://www.equiponaya.com.ar/congresos/contenido/laplata/LP3/25.htm
Comunicación vía mail con el Ing. José F. Lasailunga (ex funcionario de la Dirección Provincial de Hidráulica del Mop de la provincia de Buenos Aires)
http://www.lanueva.com/sociedad-impresa/414443/por-ahora-s-243-lo-reparar-225-n-el-partidor-de-pi-241-eyro.html

4 comentarios:

  1. Excelente informe.
    Con tan hermoso lago y tantos beneficios para la salud, porque nadie toma cartas en el asunto y se restaura
    alguno que quiera ser voluntario y me sumaria si surge hacer algo.

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  2. 22/11/21 recién llegamos de visitar el lugar, una lástima, era un hermoso lugar, otra de los políticos de mierda que tuvimos, tenemos y seguramente tendremos

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