domingo, 25 de marzo de 2018

Primera Guerra Mundial

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, todavía existían grandes imperios en plena expansión. Básicamente, todo el mundo quería meter mano en tierras de todas partes. El avance de un imperio disgustaba notablemente a los otros imperios. Así que cada uno de ellos empezó a planificar: ¿qué hago si él me ataca a mí?
En base a predicciones de quién podría atacar a quién y a ciertas afinidades culturales, varios países abrieron el paraguas antes de tiempo y empezaron a firmar acuerdos y alianzas. Los escritos decían: "si él te ataca, yo lo ataco".
El detonante fue la incorporación formal de Bosnia al imperio austrohúngaro. Anteriormente, ésta pertenecía al imperio otomano, por lo cual su religión mayoritaria era el islam. La lengua bosnia pertenecía a las lenguas eslavas, lo que evidencia una afinidad cultural con Serbia y Rusia. El grupo revolucionario Joven Bosnia manifestaba su oposición a la dominación austrohúngara y su deseo de anexarse, en cambio, a Serbia. En consecuencia, este grupo perpetró el asesinato del emperador austrohúngaro, con el apoyo de Serbia. En seguida, Austria-Hungría le declaró la guerra a Serbia.
En base a las alianzas preexistentes, algunas formales y otras tácitas, Rusia salió a apoyar a Serbia, Francia salió a apoyar a Rusia y Alemania salió a apoyar a Austria-Hungría. Rápidamente, toda Europa estaba involucrada en el conflicto.
Alemania y Austria-Hungría fueron derrotadas. Los acuerdos de paz firmados como consecuencia de esta derrota exigían el pago de importantes sumas de dinero de los derrotados a los vencedores. Ante la falta de recursos para afrontar estos pagos, estas naciones se vieron envueltas en una gran hiperinflación. La hiperinflación de Hungría constituye el récord de la más alta de la historia.

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