La razón de tal prolongación se debe a los complicados romances de los reyes y príncipes y a las elevadas exigencias de la corte para aprobar un matrimonio. Si bien el rey Jorge III del Reino Unido tuvo un matrimonio feliz, sus descendientes no tuvieron la misma suerte.
La historia de Jorge III
Jorge III era un esposo ejemplar. Era admirado por su extraordinaria fidelidad a su esposa, poco común para la época. Este hecho es sorprendente teniendo en cuenta que la conoció el día de la boda, programada como un típico matrimonio arreglado, y no le pareció muy bonita. Además, se dice que estaba enamorado de otra mujer anteriormente. Al parecer, nada de esto impidió que se lleven muy bien y tengan una prolífica descendencia. Tuvieron 15 hijos, todos legítimos.
La historia del primogénito
Jorge IV se casó ilegalmente con María Ana, con quien tuvo varios hijos ilegítimos, pero el rey nunca reconoció tal matrimonio por motivos religiosos: ella era católica y la religión oficial era el protestantismo. Cuando Jorge IV asumió el reinado, la familia lo presionó para que se casara legalmente con otra mujer. Es entonces cuando se casó con Carolina, quien no le gustaba en absoluto y a ella tampoco le gustaba él. Jorge IV y Carolina tuvieron sólo tres encuentros sexuales en todo su matrimonio, en uno de los cuales Carolina quedó embarazada de Carlota de Hannover. Luego del nacimiento de Carlota de Hannover, el matrimonio dio por cumplido su objetivo de dejar descendencia legítima y se separó de hecho. Posteriormente, ambos tuvieron amantes y no volvieron a vivir juntos.
Carlota de Hannover se casó legalmente y en 1817 dio a luz a un hijo muerto. Pocas horas después del parto, también murió Carlota de Hannover. De esta forma, Jorge IV se quedó sin descendencia legítima. Luego de ello, los tíos de Carlota de Hannover (los hermanos solteros de Jorge IV) comenzaron una carrera contra el tiempo para casarse y dejar alguna descendencia legítima que reemplace a Carlota de Hannover.
Cuando falleció Jorge III, Jorge IV asumió el gobierno hasta su muerte, ocurrida en 1830, luego de la cual lo sucedió su hermano.
La historia del segundo hijo
Se sospecha que Federico de York tuvo uno o dos hijos ilegítimos, pero no tuvo ningún hijo legítimo. Se casó legalmente con Federica en 1791, pero se separaron de hecho poco después de la boda y no llegaron a tener hijos. Falleció antes de 1830, con lo cual no llegó a tiempo a ocupar el trono.
La historia del tercer hijo
Guillermo IV convivió 20 años con Dorothea, dejando 10 hijos ilegítimos, y luego se separó. En 1818, poco después de la muerte de Carlota de Hannover, se casó con Adelaida, mucho más joven que él, quien quedó embarazada 4 veces: uno lo perdió, dos nacieron muertos y por el restante dio a luz a un bebé que falleció a los 3 meses de edad. De esta forma, tampoco dejó descendencia legítima.
Asumió el reinado en 1830 hasta su muerte en 1837.
La historia del cuarto hijo
Carlota de Gran Bretaña también se casó legalmente y también dio a luz a un hijo muerto, luego de lo cual se vio incapacitada para volver a quedar embarazada. Por eso, tampoco dejó descendencia legítima. Falleció antes de 1837, por lo cual tampoco llegó a ocupar el trono.
La historia del quinto hijo
Eduardo de Kent era bastante mujeriego y tuvo muchas amantes. Se sospecha que tuvo algunos hijos ilegítimos. Sin embargo, no se casó hasta 1818, a los 50 años, con motivo de la muerte de Carlota de Hannover. Tuvo una sola hija legítima con su esposa Victoria de Sajonia, a quien también llamaron Victoria. Eduardo de Kent murió en 1820, pocos meses después del nacimiento de su hija Victoria, por lo cual no llegó a asumir el reinado, pero al fin dejó un descendiente legítimo capaz de heredar el trono.
La historia de Victoria
En 1837, cuando falleció Guillermo IV, Victoria tenía 18 años, y fue entonces cuando asumió el reinado como primera heredera. Falleció en 1901, a los 81 años, habiendo reinado durante 63 años. Hasta el momento, este había sido el reinado más largo de Gran Bretaña, aunque luego el récord fue superado por Isabel II en 2015.
La historia de Isabel II
La razón por la cual Isabel II reinó durante tanto tiempo fue la muerte prematura de su padre, Jorge VI, a los 56 años, por causa de un cáncer de pulmón relacionado con su adicción al tabaco. Fue entonces que Isabel II asumió el trono a la edad de 25 años.
A su vez, Isabel II tampoco pertenecía a la línea original de sucesión. Heredó el trono con motivo de la abdicación de su tío, Eduardo VIII. Esta abdicación también guarda relación con la vida amorosa de dicho rey.
Jorge V, el padre de Eduardo VIII y Jorge VI, se mostraba preocupado por las relaciones que mantenía Eduardo VIII con mujeres casadas. Para entonces, Jorge VI estaba casado y tenía dos hijas legítimas. Se lo ha citado a Jorge V diciendo: "Ruego a Dios que mi hijo mayor nunca se case y tenga hijos, y que nada se interponga entre Bertie y Lilibet y el trono", y también "Después de mi muerte, el chico se arruinará en 12 meses". Casualmente, transcurrieron 11 meses desde que Eduardo VIII asumió el reinado hasta que abdicó. La razón de su abdicación se debe a que exigió que se la reconozca a su pareja como esposa y reina. Esto contrasta con sus ancestros, quienes no tuvieron inconvenientes en mantener a sus parejas como amantes o a lo sumo concubinas sin reclamar union legítima. La corona denegó esta petición debido a su condición de divorciada. Ante la negativa, Eduardo VIII prefirió renunciar al trono para poder casarse por sus propios medios. Fue entonces cuando Jorge VI asumió el reinado, convirtiendo a Isabel II en su futura heredera, tal como lo deseaba Jorge V.
No hay comentarios:
Publicar un comentario